Oh Padre, he pecado

A veces pasa, sí, a veces se cae en la tentación.
A veces la ética queda a un costado.
A veces el fin justifica los medios.
Y hoy todo eso pasó y pasó todo junto.
Aprovecho que pasó hoy y que las pascuas también pasaron para relatar el pecado (o delito) que he cometido sin demasiado remordimiento (ninguno para hablar con total sinceridad). El día iba ameno, caluroso, infectado de mosquitos jejenes y carentes de jojoba y de joroba, me tomé mi jarabe y soñe con mucha jarana, con árboles del jacaranda que emanaran flores con sus debidos tubérculos, cuando de repente (no tan de repente, pero siempre queda lindo precedir una acción con el "de repente") se aproxima una señora a mi oficina para dar curso (ea ea ea) a su pedido de leche maternizada para su sobrino.
Pues, allí voy a meterme en el mar de las historias clínicas, los diagnósticos, las planillas, las fotocopias de los correspondientes documentos identitarios y los formularios que venian al caso.
Allá iba, decía, cuando leo lo siguiente en la historia clínica del niño: "Paciente de tres meses de edad que ingresa al Hospital con deshidratación severa, desnutrición grave y síndrome de Down..."
Entre toda ésta información y hacia el final del informe que estaba haciendo, veo con ojos de sorpresata que el niño en su documento no tenía (ni tiene) domicilio en Moreno (condición necesaria para hacerse acreedor de la leche solicitada).
Recorcholis pensé, y ahora, que sorongo hago?
Pues bien, mi colega/amiga Marielingui/Parkiwoman en su oficina tiene algo así como un arsenal de fotocopias de documentos identitarios con sus cambios de domicilios, pues bien, a usar uno de ellos para este niño, y si, asi fue.
A veces el profesionalismo debe dejar paso al humanismo (Esto va para vos, Richard). He desterrado o al menos dejado de lado a la burocracia por unos momentos, quizás haya pecado, si, pero también es cierto que me hizo sentir bien esto, lo único que espero es no tener un batallón de personas en los días sucesivos con sus documentos sin el cambio de domicilio porque ahí me veré en problemas, aunque si esas personas son punteros, pues vayan sabiendo que por ustedes sigo sin mover un dedo.
He dicho.
Viva Ruckauf!
Viva Maquiavelo!
Viva Perón, carajo!